las lagrimas de maría 1º. Pondré paz en sus familias. 2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios. 3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos. 4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
miércoles, 20 de enero de 2016
lunes, 11 de enero de 2016
COMO LA VIRGEN MARÍA SUFRIÓ POR SU HIJO
Con todo su dolor, y en perseverante amor por su Hijo, María acompañaría a Jesús cuanto le fuera posible en su Pasión. Le ofrecía su lealtad y cariño de Madre –amor a Dios como ningún otro–, cuando casi todos le han dejado. Acompañemos a María en sus horas de más dolor, porque su Hijo, inocente, va a morir por los hombres. Son los momentos que le había anunciado Simeón, cuando cumplía con José el precepto de presentar a Jesús en el Templo al poco ne nacer: una espada traspasará tu alma, le dijo.
En el rezo más tradicional del Via Crucis, contemplamos en la cuarta estación a la Virgen, viendo pasar a Jesús con la Cruz camino del Calvario. Juan Pablo II la ve, con el Hijo, en la misma Pasión: La Madre. María se encuentra con su Hijo en el camino de la cruz. La cruz de El es su cruz, la humillación de El es la suya, suyo el oprobio público de Jesús. Es el orden humano de las cosas. Así deben sentirlo los que la rodean y así lo capta su corazón: «... y una espada atravesará tu alma». Las palabras pronunciadas cuando Jesús tenía cuarenta días se cumplen en este momento. Alcanzan ahora su plenitud total. Y María avanza, traspasada por esta invisible espada, hacia el Calvario de su Hijo, hacia su propio Calvario.
I. «Eres toda hermosa», exclama el divino esposo de los Cantares (IV, 7), como arrebatado por los inmaculados encantos de su espiritual esposa. María es por excelencia esta esposa. Nada falta a su ornato. El orden más perfecto reina en su interior: en su espíritu todas las aspiraciones son puras, santos los afectos todos de su corazón; manifiestas a todas las miradas sus más íntimas intenciones, lo mismo que sus menores acciones que nada tienen de vil, de bajo, de sospechoso; nada, en una palabra, indigno de ella. Nada de qué avergonzarse ante Dios, ni ante los ángeles, ni ante los hombres.
como es la virgen maria
pasajes neotestamentarios pertenecientes al Evangelio de Mateo, al Evangelio de Lucas y a los Hechos de los Apóstoles, como también distintos textos apócrifos tales como el Protoevangelio de Santiago, María (en arameo, מרים, 'Mariam'),madre de Jesús de Nazaret, fue una mujer judía de Nazaret de Galilea, que vivió entre fines del siglo I a.C. y mediados del siglo I d.C. También el Corán (siglo VII), libro sagrado del islam, la presenta como madre de Jesús (Isa), bajo su nombre árabe,Maryam o Miriam.
La presencia de María en el cristianismo primitivo no fue la de una simple testigo, sino la de una personalidad cualificada y en más de un sentido única, partícipe excluyente de un momento clave de la Historia de la salvación, la encarnación de Jesucristo, y copartícipe de otros dos, la crucifixión y muerte de Jesús, y la conformación de la primera comunidad cristiana orante inmediatamente antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostes.4
En las Iglesias católica y ortodoxa se le atribuyen facultades de intercesión ante Jesucristo, siguiendo a san Ireneo de Lyon (siglo II) y lo narrado en el Evangelio de Juan sobre su intervención en las bodas de Caná En las Iglesias antes citadas, la devoción a ella se manifiesta a través de expresiones diversas, que van desde declaraciones dogmáticas y doctrinales marianas, hasta oraciones a ella dedicadas, y títulos con los que se la identifica, tales como «Madre de Dios», o su correspondiente término en griego, «Theotokos», este último adjudicado a ella tempranamente en el Concilio de Éfeso de 431 y muy utilizado por la Iglesia ortodoxa. También se la llama «Bienaventurada Virgen María», en línea con el texto evangélico:
¿QUE ES LA PUREZA?
Lo primero que vamos a realizar es establecer el origen etimológico de la palabra pureza. Y eso nos lleva a tener que determinar que aquel se encuentra en el latín. Así, podemos ver, que nuestro término está conformado por dos componentes léxicos latinos: el vocablo purus, que puede traducirse como “puro”, y el sufijo –eza, que es equivalente a “cualidad”.
La pureza es la cualidad de puro (aquel o aquello que está libre y exento de toda mezcla de otra cosa, que no incluye ninguna condición, excepción o restricción ni plazo o que está exento de imperfecciones morales).
Por ejemplo: “La pureza del agua de este lago se puede apreciar a simple vista”, “Los científicos norteamericanos quieren preservar la pureza de la raza canina que crearon a partir de una nueva cruza”, “La policía incautó una tonelada de cocaína de máxima pureza”.
En este caso, partiendo de dicha acepción, tenemos que establecer que pureza es un término que se utiliza de manera muy frecuente en lo que es el ámbito de los metales preciosos. Y es que, en base a ella, se establece si un elemento de ese tipo tiene más o menos calidad, lo que se traducirá luego, por tanto, en un precio mayor o menor
Suscribirse a:
Entradas (Atom)